23 de octubre, 2019 22:03
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Esta noche abre el programa Victoria Sobre todo cuando las horas suceden tan intensas y agitadas y parece que se nos incendia el alma en cada muerto en Chile, y se nos acaba el mundo de pensar en una Bolivia sin sus pueblos indígenas como prioridad, y Ecuador nos agrieta la sonrisa y Brasil es lágrima y grito ahogado y preso. Pensaba que si pudiéramos detenernos a cierta distancia de estas horas y sus acontecimientos, veríamos con claridad el suceder doloroso y a la vez siempre esperanzado, de la historia de los pueblos, y de quienes los oprimen. Y lo veríamos con toda claridad!: La clave me la dio la primera dama chilena Cecilia Morel, esa señora de alta alcurnia que nació y morirá en un mundo de ricos muy ricos. La frase es largamente conocida: “estamos absolutamente sobrepasados, dijo, "es como una invasión extranjera, alienígena, no sé cómo se dice, y no tenemos las herramientas para combatirlas”. Y luego agregaba: “Por favor, mantengamos nosotros la calma, llamemos a la gente de buena voluntad, aprovechen de racionar la comida, y vamos a tener que disminuir nuestros privilegios y compartir con los demás". Leer más
Esta noche abre el programa Victoria Sobre todo cuando las horas suceden tan intensas y agitadas y parece que se nos incendia el alma en cada muerto en Chile, y se nos acaba el mundo de pensar en una Bolivia sin sus pueblos indígenas como prioridad, y Ecuador nos agrieta la sonrisa y Brasil es lágrima y grito ahogado y preso. Pensaba que si pudiéramos detenernos a cierta distancia de estas horas y sus acontecimientos, veríamos con claridad el suceder doloroso y a la vez siempre esperanzado, de la historia de los pueblos, y de quienes los oprimen. Y lo veríamos con toda claridad!: La clave me la dio la primera dama chilena Cecilia Morel, esa señora de alta alcurnia que nació y morirá en un mundo de ricos muy ricos. La frase es largamente conocida: “estamos absolutamente sobrepasados, dijo, "es como una invasión extranjera, alienígena, no sé cómo se dice, y no tenemos las herramientas para combatirlas”. Y luego agregaba: “Por favor, mantengamos nosotros la calma, llamemos a la gente de buena voluntad, aprovechen de racionar la comida, y vamos a tener que disminuir nuestros privilegios y compartir con los demás".