30 de marzo, 2020 11:16
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Un trabajador del crucero Zaandam, varado en Panamá y en el que ya murieron 4 personas, cuenta las condiciones de la cuarentena para quienes trabajan, muy distintas a las de las personas que vacacionaban allí. El 7 de marzo el crucero, de la empresa Holland America salió de Buenos Aires hacia Chile con 1243 pasajeros y 586 tripulantes. Durante el viaje muchas personas comenzaron a presentar síntomas de gripe y fueron rechazados en múltiples puertos por sospechas de coronavirus. Las medidas de prevención y aislamiento comenzaron el 22 de marzo, y de los cuatro muertos dos fueron confirmados por coronavirus. Hay un 30% de tripulantes enfermos, además de los pasajeros infectados. A la fecha estaban a la espera de cruzar el canal de Panamá para llegar a Florida. Los y las trabajadores/as que siguen cumpliendo sus tareas son sobreexplotados (hasta 14 horas por día) para cubrir a quienes están aislados con síntomas, y son así expuestos a mayores riesgos de transmisión. Quienes están en aislamiento soportan terribles condiciones, con mala comida, sin luz del sol, y en espacios muy reducidos, sin información ni conexión a internet por muchos días. Aunque el número de trabajadores enfermos es mayor, el testeo de coronavirus se utiliza "solo para los pasajeros, a los tripulantes que estamos aislados no nos hicieron a ninguno". Los pasajeros sin fiebre fueron pasados a otro barco de la misma empresa, ya que "no dan abasto para que los atienda la tripulación de acá, porque se están enfermando cada vez más". "Antes del 22 las medidas que habían tomado eran nulas: ponían alcohol en gel en los restoranes pero seguían congregando gente a los teatros, a los lugares. Era una bomba a estallar eso." Leer más
Un trabajador del crucero Zaandam, varado en Panamá y en el que ya murieron 4 personas, cuenta las condiciones de la cuarentena para quienes trabajan, muy distintas a las de las personas que vacacionaban allí. El 7 de marzo el crucero, de la empresa Holland America salió de Buenos Aires hacia Chile con 1243 pasajeros y 586 tripulantes. Durante el viaje muchas personas comenzaron a presentar síntomas de gripe y fueron rechazados en múltiples puertos por sospechas de coronavirus. Las medidas de prevención y aislamiento comenzaron el 22 de marzo, y de los cuatro muertos dos fueron confirmados por coronavirus. Hay un 30% de tripulantes enfermos, además de los pasajeros infectados. A la fecha estaban a la espera de cruzar el canal de Panamá para llegar a Florida. Los y las trabajadores/as que siguen cumpliendo sus tareas son sobreexplotados (hasta 14 horas por día) para cubrir a quienes están aislados con síntomas, y son así expuestos a mayores riesgos de transmisión. Quienes están en aislamiento soportan terribles condiciones, con mala comida, sin luz del sol, y en espacios muy reducidos, sin información ni conexión a internet por muchos días. Aunque el número de trabajadores enfermos es mayor, el testeo de coronavirus se utiliza "solo para los pasajeros, a los tripulantes que estamos aislados no nos hicieron a ninguno". Los pasajeros sin fiebre fueron pasados a otro barco de la misma empresa, ya que "no dan abasto para que los atienda la tripulación de acá, porque se están enfermando cada vez más". "Antes del 22 las medidas que habían tomado eran nulas: ponían alcohol en gel en los restoranes pero seguían congregando gente a los teatros, a los lugares. Era una bomba a estallar eso."