05 de noviembre, 2019 21:48
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Al regreso de Santiago de Chile Ismael Jalil, de la Coordinadora contra la Represión Policial e Institucional (Correpi), denunció “un nivel represivo de gran magnitud por parte de los ‘pacos’ (Carabineros). Sabíamos lo que son, pero hasta que no ves y presenciás su monstruosidad no dimensionás lo que son. Vimos cómo tiraban balines sobre las multitudes, gases a la altura de las cabezas, sin el más mínimo reparo en el daño ocasionado, es decir queriendo provocarlo”. Jalil agregó que “muchos de los cuerpos calcinados hallados en los lugares donde hubo incendios, son de personas que estaban desaparecidas. Esos incendios fueron producidos por los mismos pacos o por las fuerzas militares durante el estado de excepción. Esos hechos son investigados porque hay serias dudas respecto a que pueden haber sido coordinados por ellos mismos, por la similitud de hechos ocurridos a la misma en lugares distantes”. Según pudo confirmar Correpi junto a organismos de derechos humanos de Chile, de las más de tres mil personas detenidas en manifestaciones aún quedan casi 400 con prisión preventiva. Y de las casi 1.200 heridas y se registraron 125 con pérdidas oculares, “lo que da una idea de cómo se reprime, con la línea de entrada por la cara, por los ojos”, afirma Jalil, quien aseveró también que de las “98 denuncias por torturas en los lugares de detención, 18 son de carácter sexual”. Desde el domingo Chile ya no se encuentra bajo “estado de emergencia” ni hay toque de queda por las noches. Pero de punta a punta del país se siguen acumulando personas gaseadas, detenidas, heridas, torturadas, violadas, asesinadas y hasta desaparecidas. Frente a este cuadro, la exigencia de que se vaya Piñera y caiga el régimen ajustador y criminal que lo sostiene es de primer orden. Leer más
Al regreso de Santiago de Chile Ismael Jalil, de la Coordinadora contra la Represión Policial e Institucional (Correpi), denunció “un nivel represivo de gran magnitud por parte de los ‘pacos’ (Carabineros). Sabíamos lo que son, pero hasta que no ves y presenciás su monstruosidad no dimensionás lo que son. Vimos cómo tiraban balines sobre las multitudes, gases a la altura de las cabezas, sin el más mínimo reparo en el daño ocasionado, es decir queriendo provocarlo”. Jalil agregó que “muchos de los cuerpos calcinados hallados en los lugares donde hubo incendios, son de personas que estaban desaparecidas. Esos incendios fueron producidos por los mismos pacos o por las fuerzas militares durante el estado de excepción. Esos hechos son investigados porque hay serias dudas respecto a que pueden haber sido coordinados por ellos mismos, por la similitud de hechos ocurridos a la misma en lugares distantes”. Según pudo confirmar Correpi junto a organismos de derechos humanos de Chile, de las más de tres mil personas detenidas en manifestaciones aún quedan casi 400 con prisión preventiva. Y de las casi 1.200 heridas y se registraron 125 con pérdidas oculares, “lo que da una idea de cómo se reprime, con la línea de entrada por la cara, por los ojos”, afirma Jalil, quien aseveró también que de las “98 denuncias por torturas en los lugares de detención, 18 son de carácter sexual”. Desde el domingo Chile ya no se encuentra bajo “estado de emergencia” ni hay toque de queda por las noches. Pero de punta a punta del país se siguen acumulando personas gaseadas, detenidas, heridas, torturadas, violadas, asesinadas y hasta desaparecidas. Frente a este cuadro, la exigencia de que se vaya Piñera y caiga el régimen ajustador y criminal que lo sostiene es de primer orden.