"Vamos a un camino de desocupación y cierre de empresas". Luego de que el flamante titular del Banco Central dijera que "ni loco compraría dólares" habiendo instrumentos financieros más atractivos, la autoridad monetaria tuvo que convalidar tasas de interés desorbitantes para absorber pesos del mercado. Martín Iglesias conversó con la economista Nora Díaz. "Esto es tremendamente recesivo". "Seguimos sin poner restricciones para la fuga de divisas".
En el barrio solemos decir, medio en broma y medio de verdad: hablemos en serio, hablemos en plata. Y hoy, más que nunca, creo que tenemos que decir algo parecido para hablar de nuestros país. De su pasado, de su presente pero, en especial, de su futuro. De nuestro futuro. Hablemos en plata: ¿sabías qué en lo que va de la gestión del Gobierno actual se fueron del país más dólares que los que hoy tiene la reserva del Banco Central? Hay en el tesoro más importante de la Argentina unos 67.096 millones de dólares mientras que en los últimos 41 meses se sacaron del país 68.000 millones de dólares. Si bajamos a tierra esta cifra nos vamos a dar cuenta de que desde diciembre de 2015 se fueron del país más de 1.500 dólares por argentino. Y esto que, por supuesto es un promedio, nos arroja en la realidad de que si en nuestro país la tercera parte de la población vive en la pobreza, quienes fugaron divisas sacaron del país mucho más que 1500 dólares. Y esto si es serio. Porque los dólares que se fueron, se fueron... ya no están. En cambio, los dólares de las reservas del Banco Central están pero no están... ¿cómo es eso? Simple, las dos terceras partes de esos 67.096 millones de dólares no son de libre disponibilidad porque forman parte de los créditos del FMI y de los swap chinos. Pero si hablamos en serio, es decir, en plata, vamos a sentir cómo duele el país cuando nos damos cuenta de que la soberanía es inversamente proporcional a la deuda. Y duele más porque en un par de días celebraremos un nuevo aniversario de la Revolución de Mayo. Pero ¿sabés lo que más duele? Que gran parte de esos 68.000 millones de dólares que se fueron del país entraron como capital de especulación y no de producción. No vinieron para encender máquinas y que las chimeneas industriales vuelvan a echar humo. Esa guita, engordada con tasas astronómicas, se hizo humo en un santiamén. Pero más triste aún es tomar conciencia -los que pueden, los que aún la tienen- que gran parte de esos miles de millones de dólares fugados fueron sacados de los bolsillos de los más pobres, saqueados cada vez que van al supermercado y tienen que pagar impuestos hasta para un sachet de leche, por citar un ejemplo, un sólo ejemplo, tal vez el más triste de los ejemplos.
hace 4 años, 10 meses
por ebetas
- 5 reproducciones