La vid en general posee bajas necesidades hídricas. Cabe remarcar de todos modos, que dicha cantidad de agua estará condicionada por el tipo de varietal de uva, la capacidad de almacenamiento del suelo, la temperatura reinante, la densidad de plantación, la correcta fertilización y el sistema de conducción.
En líneas generales puede afirmarse que el riego cuando es aplicado para cubrir la totalidad de las necesidades hídricas de la vid tiende a incrementar el crecimiento vegetativo, la producción y a diluir los componentes de calidad de los vinos. Daniel Pi nos comenta acerca de éstos manejos.